el arte del circo

Nunca fui muy fanática de la onda cirquense y menos ahora que esta de moda.
Me gusta la acrobacia, me gusta el circo, me gusta el clown, pero no la onda.
Lo que me llama mucho la atención, es la cantidad de partículas de circo que se filtran por el aire y se adaptan a la vida real, o al revés, como la vida sin quererlo ni pensarlo, es un circo ambulante donde el ser humano se la pasa haciendo malabares con su destino y el de los demás.
El torbellino de tiempo e ideas que perdemos diariamente, para manipular nuestra cotidianidad sin vernos amenazados con ese precipicio que estropea el acto, es cuasi escénico.
Los aros que giran, nos recuerdan a esas cabezas que pasean siempre por el mismo lugar y el humor sarcástico individualizado del clown, son nuestras propias personalidades que brotan desde lo mas profundo para transformarse en una voz escuchada y no ignorada.
Siempre se habla de que el mundo es un escenario y nosotros somos actores, pero en realidad me planteo..
¿No somos artistas de circo?
Pintando y disfrazando el mundo de alguna manera, para tapar la oscuridad o darle un brillo propio a la misma.
¿No estamos todos trepando una tela hacia un objetivo?
¿No hacemos piruetas constantemente para ser vistos?
¿Acaso no tratamos a los individuos que nos rodean como animales de circo, simplemente para nuestro entretenimiento?
¿No nos llama la atención el enano, el gordo, el alto, el fuerte, el distinto? el freak de circo...
Esta ciudad, que destroza la originalidad de los ancestros y nos impacta con una cultura implantada, es una gran carpa de circo.
Nosotros somos los principales actores y espectadores de la misma, depende de vos participar.