los pasos del intento de actuar

Siempre recuerdo el espejo que había en mi casa de la infancia. Escondido, grande y hermoso, me permitia jugar a personificar diferentes estilos, juegos, personajes.
Toda la vida supe que esto era lo mio. Dramaticar.
Dedicarme a la actuación, pero ver el mundo real con ojos de escenario y el sol, la luna, como las luces primordiales para que esta vida, repertorio, funcione.
Desde los 4 años supe que era mi camino, lo sentía en el corazón, lo sentía cuando jugaba, cuando cantaba y cuando imaginaba.
Soy lo que soñe, no tal cual, pero si en esencia. Me enamoro de mi misma, por haber cumplido mi sueño, de crear no importa como, cuando y donde. Vivir estallando en arte.
Leo mis apuntes de porque el teatro en Grecia es clasista y dual, y me enamora.
Sueño los mismos sueños, conservo mi niña exploradora de mundos.
Amo el cine, la fotografía, la música, la pintura. Amo el clown, los colores, la mascara neutra.Amo la pedagogía de Lecoq . Amo la cuarta pared y amo la ruptura de la misma. Amo a Brecht y a Stanislavski. Amo las contradicciones de los llamados eruditos del teatro, si es que se pueden denominar así, si es que realmente existen. Amo leer a Peter Brook.
Amo la sensación de los aplausos y le tengo mucho miedo al publico. Amo el placer de salir escena, las luces generando calor en el cuerpo y marcando cada expresión del actor en escena.
Amo el detrás de escena. Analizar, pensar, ver el proceso de otros. Amo aprender de eso. Amo aprender de ellos.
Amo salir del teatro explotando en lagrimas de la felicidad, salir con la sensación de ser una copa llena, lista para reventar y cuando reviente salpicar al mundo con ese placer.
Nunca voy a recordar la primera vez que improvise para el publico, siendo solo una niña...hice un chiste y todos se reían. Hice reír a la gente, por un instante , pude hacer que alguien sea feliz. Recuerdo la gratificacion y la revivi con el tiempo. Nada en el mundo se compara.
Recuerdo la primera vez que vi un tablero de luces.
Recuerdo la primera vez que actué en un escenario a la italiana.
Pienso y pienso en las charlas eternas que tuve con mis mentores, que me enseñaban que el teatro se vive en cualquier espacio moldeable, que es el actor el que creaba el espacio escénico. Pienso mucho en ellos y en cuanto les debo. Les debo la confianza y la felicidad que tengo hoy, porque me ayudaron a ver el camino.
Me acuerdo de esos años que fui tan feliz, que me dio miedo y deje de actuar por un tiempo. Fundamental el recuerdo, de cuando mi profesor me dijo que mis principales miedos, eran mis inseguridades individuales. ¿como superar eso? con  trabajo, dedicación y vocación.
A veces tengo miedo de no ser buena actriz, de no ser buena artista.
Pero después me acuerdo que lo que mas importa es la felicidad de esa niña que hizo reír a la gente. ¿ Que puede ser mejor que es?
Con una pila de apuntes para leer y una noche que va a ser larga, me mentalizo:
Capaz no sea la mejor actriz, pero si debo esforzarme por ser la actriz que quiero ser.