vejez temprana

A veces siento que en un abrir y cerrar de ojos, pasaron miles millones de años.
Estos días fueron así.
El otro día mi querido amigo  me contó que esta saliendo con una chica nacida en 1995 e inmediatamente, empezaron los chistes de violín. El los acepto, porque son las reglas del juego y porque es así...yo te cargo, vos me cargas.
En el trabajo, lo hablamos entre compañeros y comentamos lo raro que es, que a pesar de que no sea tanta la diferencia de edad, una persona que tiene 17/18 años (sin menospreciar a nadie), esta en un mundo completamente diferente al de uno...
" ¿Que estudio? no me decido si quiero ser diseñadora gráfica o veterinaria", "porque mi amiga dijo que nos estamos alejando, porque ya no tenemos tanto tiempo para vernos" , " le dije que me dijo que nos dije, que les dije".
Nosotros llegamos a la conclusión, que no volveríamos a pasar por esa etapa post-teen angel ni porque nos cortaran las piernas. Al pan, pan y al vino toro...a la adolescencia, borrón y cuenta nueva! fue lindo mientras duro, pero ahora ya estamos estudiando, recibidos, trabajando, pagando el teléfono ,la luz, el agua. Nos preocupamos por la inflación y por lo caro que están los tomates, no tenemos espacio ni energía para los conflictos existenciales de esa edad.
Pero bueno, yo le deseo éxitos en su nueva relación a mi querido amigo, que por fanatismo siempre elige pequeñas muchachas.
Luego,no tuve mejor manera de comprobar la nueva teoría  creada en pisos laborales del microcentro, cuando el viernes a la noche fui a la fiesta sorpresa de 18 de la hermana de una amiga.  Los menos jóvenes que nosotras, nos miraban como si fuéramos adultas y por mas onda que tengamos, por mas "gangam style" que bailemos eso no iba a cambiar, ya nos miraban con esos ojos de " vos sos grande y tenes ojeras de haber trabajado toda la semana". No hay regreso de eso...no hay vuelta atrás.
El sábado hice mis actividades normales y para la noche tenia planeado teatro, rock y alegría, pero termine en una fiesta de 50 años, bailando "YMCA" con los amigos de mi familia, que ellos si me veían joven y se sorprendían de mi capacidad de consumir  fernet.
El domingo podría haber dormido todo el día  como buena muchacha en crecimiento, pero a las 7 am estaba arriba y lista para ir a trabajar. 
Hoy, después de que el medico me cago a pedos, como a un verdadero adulto, estoy con antibióticos , problemas renales y tengo prohibido consumir gaseosas o alcohol de todo tipo.
En un abrir y cerrar de ojos, desapareció la joven que termino el secundario y se cagaba a palos mentalmente con ella misma, tratando de definir su profesión  que trabajaba en changuitas y que se estresaba por los problemas del grupete de amigos.
Lo bueno es saber que no hay que saltear etapas, vivir el momento, pero mas que nada...nunca volver a ser la pendex que alguna vez fuimos.
Para volver a esas épocas, están los amigos, el teatro y las cumbias al estilo "pibe cantina".